Nuestros amigos peludos sufren al
igual que los humanos de enfermedades que no solo son físicas; también sufren
de enfermedades emocionales como la depresión. Esto se debe a cambios
traumáticos que puede sufrir el perro como la llegada de otro perro o de un
bebé, una mudanza, cambios de rutina en la vida del amo, enfrentamiento con
otro perro, el poco ejercicio realizado o la poca socialización del mismo. Los
síntomas de la depresión no son fáciles de detectar ya que se pueden confundir
con cansancio o aburrimiento. Entre los síntomas más comunes están: cambios en
el hábito de sueño, inactividad y/o falta de interacción, comportamientos
extraños. Lo primero que se debe hacer cuando vemos algunos de estos síntomas
es llevarlos al veterinario para detectar el problema. Si resultan ciertas
nuestras sospechas entonces debemos detectar la causa. Una buena manera de
controlar esta enfermedad es mantenerlo ocupado y realizar actividad física con
ellos. Se les puede comprar juguetes interactivos para que se mantengan
entretenido cuando nadie se encuentre en casa. También, se puede llevar al
parque para que socialice con otros perros. Prestando atención a los cambios
reflejados por nuestras mascotas y tratar de ayudarlo concluye en una vida
feliz para ellos.
Autor: Merly Pino