La
relación entre los niños y las mascotas siempre debe concentrar toda nuestra
atención y cuidado.El trato que los animales de la casa tienen con los adultos,
no es necesariamente la misma que tienen con los niños, y existen grandes
diferencias que sonimportantes observar y vigilar en todo momento. La falta de
experiencia del niño deriva en desconocimiento sobre la naturaleza de la
mascota, sus hábitos, su fuerza, su comportamiento ante determinadas
situaciones. También la necesidad de exploración y curiosidad que posee el niño
desde muy pequeño puede causar una incomodidad en el animal o una repentina
reacción.Valiosísimo enseñarle al niño sobre las actitudes de la mascota, el
cómo saber acercarse a él, que sepa respetar los momentos en la que el animal
quiera estar solo, establecer juegos aptos para que nadie salga lastimado. Es
fundamental no obligar al niño acercarse a la mascota de buenas a primeras o si
el pequeño le teme, debe hacerse progresivamente, prestando atención a cada una
de las señales. Tampoco debe utilizar al animal como objeto de recompensa,
castigo o persuasión. Demostrarle al infante que el perro, gato, o cualquier
otro tipo de mascota, no es camino para conseguir lo que quiera o descargar su enfado.
Y ante todo, cada proceso exige paciencia, y para
consolidar esta relación debe ser muy paciente y atento. Niños y mascotas, por
lo general, se llevan de maravilla, pero siempre será indispensable el recurso
de la supervisión y la educación.
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