A quien no le ha pasado que el/la
consentida de la casa presenta malestar y entramos en stress por no saber qué
hacer o qué administrarle. La primera opción es el botiquín de la casa y
agarramos lo primero que encontramos sin saber cuál medicamento puede ser
nocivo para la salud de nuestro amigo. A continuación, enumeramos algunos
medicamentos de uso común que pueden acarrearnos un problema más que aportarnos
una solución.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta
es que las mascotas tienen un organismo similar al nuestro, pero con diferentes
metabolismos. Por ejemplo: el popular ácido acetilsalicílico (aspirina) usado
en gatos puede demorar hasta 37,5 horas en excretarlo, debido a que no tienen
la enzima glucuroniltransferasa, responsable de su biotransformacion para ser
eliminado.
El ibuprofeno tanto en perros como en gatos tiene eliminación muy lenta. Más grave en gatos y a los 2 a 6 días puede haber signos tóxicos: vómitos, diarrea, erosiones gastrointestinales y hemorragia intestinal. El paracetamol (en Europa) o Acetaminofén (en USA) tiene baja capacidad de degradación en los gatos, lo que conlleva a altos índices de toxicidad, metahemoglobinemia y necrosis hepática, por lo que se considera altamente TÓXICO su uso en ellos, pudiendo producir la muerte de los mismos. En los perros dosis sucesivas e inadecuadas puede producir daño hepático. Antes de administrar cualquier medicamento a tu mascota consulta a tu médico veterinario y evita situaciones que pongan en riesgo la salud de nuestro mejor amigo.